Sobre una antigua ermita medieval situada en la zona de la Serratella y dedicada a los Santos de la Piedra, fue fundado el convento de los Capuchinos en el año 1601 por San Juan de Ribera. Está edificado alrededor del claustro de la cisterna, que conserva pinturas murales en grisalla del siglo XVII. La hospedería conventual dispone de varias habitaciones con baño propio y calefacción; comedor, sala de estar y sala de reuniones.
Dispone de 20 plazas. El museo del convento cuenta con importantes colecciones de vidrio y objetos etnológicos, cerámica, azulejería antigua y restos arqueológicos. Posee también una importante colección de pinturas de Óscar Marziali y de Remigio Soler; y esculturas de Enrique Galarza. En los jardines crece un mirto centenario que es uno de los ejemplares más grandes de Europa. Situada a las afueras de la población. Situado en el complejo el Museo del Vidrio.