Paraje situado en un alter de frente al pueblo, a la zona de levante, forma parte también del rico patrimonio religioso de Salem. Data de los años 1729-1731, cuando, terminada la primera fase de la iglesia (1728), el rector José Fortunyo impulsó su construcción. Se amargenaron las rampas del viacrucis, se plantaron cipreses, y se edificaron los edículos, con una ermita terminada con toda seguridad en 1731. Actualmente forma uno de los parajes más bonitos de todo el Valle de Albaida, con un bellísimo conjunto de márgenes de piedra vana, con sus cipreses y edículos del viacrucis.