Tan importantes en los siglos XVII-XIX. Se trata de construcciones monumentales de piedra, pozos excavados en la sierra, reforzados y cubiertos en algunos casos, que servían a los intereses especulativos de los comerciantes de hielo. Los nevaters eran jornaleros o arrieros de Salem que recogían y compactaban la nieve del invierno y, cuando llegaba el verano, la llevaban a vender en Xàtiva o a la Ribera de Júcar. Detrás de ellos solía haber algunos labradores ricos del pueblo, o algún capitalista forastero, que pagaba los jornales de recoger la nieve y organizaba la distribución del producto. En término de Salem se conocerían antiguamente seis pozos o cavas, entre neveras bien obradas y simples hoyos: la nevera del Castellet (o de la Barcella), la del Pajar, la del Frontó (o de Miquel ‘de Peronés’), la del Camino de Castellón, la del Camino del Puerto (o del tío Pepe ‘Clara’) y el hoyo del plan de la Sima (o del tío Cinto). Algunas de ellas están rellenadas. El resto han sido comedidas, fotografiadas y catalogadas cuidadosamente por expertos. Las más conocidas y visitadas son las grandes neveras del Castillete (o de la Barcella) y del Pajar.