Construido en el extremo noroeste del recinto medieval de la Vila, sobre el río Clariano, el Palau de la Vila era un antiguo alcázar andalusí. Una vez conquistado el Hisn Untinyân por el rey Jaume I, hacia 1245, fue residencia real y posteriormente palacio nobiliario. Declarado monumento histórico artístico en 1974, con el nombre de Palacio de la Duquesa de Almodóvar (última propietaria noble), pasó después a ser bien de interés cultural. El edificio fue sometido a una integral rehabilitación (2008-2011) gracias a una ayuda del Ministerio de Fomento, en base al 1% cultural. Desde 2012 acoge las sesiones plenarias del Ayuntamiento de Ontinyent, el Museu del Tèxtil Valencià, el Museu de los Gegants i Cabets y la Oficina de Turismo. El recinto del Palau tenía una función defensiva en los años iniciales de la conquista feudal y al mismo tiempo era sede de un embrionario aparato administrativo y político municipal. Convertido en residencia real, la tradición dice que Jaume I, Pedro el Grande y Jaume II hicieron uso de sus estancias. A principios del siglo XVI pasó a ser propiedad del linaje de los Blasco. Luis Blasco, miembro del Consejo Supremo de Aragón, consolidó su importancia como principal edificio privado de Ontinyent. En 1666 —cuando era propiedad del conde de Carlet— acogió la visita de la infanta Margarita de Austria (hija de Felipe IV). A la muerte de la Duquesa de Almodóvar (1814), el edificio comenzó una larga decadencia hasta su adquisición por parte del Ayuntamiento de Ontinyent, que promovió su recuperación. El criptopórtico és un neologismo que significa pórtico enterrado, y actúa de contrafuerte de las edificaciones superiores a base de bóvedas de cañón y grandes arcos de medio punto de ladrillo y mazonería, con otro gran arco diafragmático de sillares y una galería en rampa, de cobertura ojival que configura el antiguo acceso.