Hablamos de una fiesta que cuenta con una tradición de unos 500 años. Encontraron la imagen de San Blas por el año 1430. Después de disputarse con el pueblo vecino y finalmente quedarsela, el Ràfol, se construyó una ermita en su honor. Desde hace más de cien años se celebra su fiesta, cada 3 de febrero, ahora el primer sábado de febrero. Actualmente se celebra con varios actos de carácter religioso y cultural, como la representación del milagro de San Blas (domingo anterior a la festividad), los gozos, mercado medieval o fuegos artificiales. Hay que nombrar que este día, el museo del aceite y el molino de abajo tienen sus puertas abiertas para que los visitantes tengan la oportunidad de conocer más Ràfol.