ALFARRASÍ "El angelet de la corda"
Alfarrasí es un municipio con cerca de 1.300 habitantes que ofrece en la comarca de la Vall d'Albaida muchas singularidades. La localidad alberga una de las industrias más potentes del plástico de la zona, con unas empresas que desde hace muchos años, llevan su producción por todas partes y indirectamente, el nombre de su pueblo. Con un torero local en su lista de personajes famosos, Isidoro Martí Flores, Alfarrasí cuenta con dos bandas de música y dos nutridas escuelas musicales; con un sello turístico denominado los Cuatro Pueblos del Riu y con un Angelet de la Cuerda que busca ser de Interés Turístico Local. Estos son solos tres motivos por los cuales merece la pena que visitas Alfarrasí, si todavía no lo has hecho.
HISTORIA
Alfarrasí, es un municipio de origen árabe, la palabra etimológicamente (recibe el nombre de la palabra alẖarráṣ) significa calcular alzadamente el valor o cantidad de una cosecha (en castellano alfarrazar, en valenciano alfarrassar). Con la expulsión de los moriscos permaneció practicamente despoblado hasta el 1625, cuando fué repoblada por 24 familias, que se establecieron en la plaza mayor. Durante la dominación musulmana, Alfarrasí estaba formado por una alquería y el Rahal Alcayd, finca particular del caid de la medina de Xàtiva. El origen de Alfarrasí está registrado en el año 1239, años antes de la conquista del rey Jaime I, que está datada en 1244. Desde 1244 a 1707 perteneció a la Gobernación de Xàtiva y dependía eclesiásticamente, hasta 1542 de Benigànim. Su primer señor territorial fue D. Llorenç Rocafull. Según el libro del repartimiento, los primeros pobladores fueron D. Guerrero, Gil de Alarcón, Juan de Agreda y Martín del Rey. A mediados del S. XVIII, el señorío de Alfarrasí fue vendido, forzosamente en pública subasta, a la casa de Fuente Clara para pagar a los acreedores del señor. El verdadero señorío temporal fue concedido a los Condes de Faura. Los agermanados visitaron Alfarrasí, llevándose grandes cantidades de trigo, cebada, aceite y ganado a fin de mantenerse en el Castillo de Játiva. Los textos antiguos destacan la ubicación estratégica militar del pueblo, de hecho, en 1813, durante la Guerra de la Independencia, la Plaza Mayor sirvió como plaza de armas para los soldados franceses. Además, las tropas se instalaron en un paraje cercano, que asumió el nombre de “la batería”, ya que sirvió como unidad de tiro de la artillería. De 1822 a 1833, con la nueva distribución territorial de las Cortes de Cádiz, pasó a formar parte de la Provincia de Játiva. En 1900 aumentó la población hasta los 886 habitantes, gracias a la prosperidad vitivinícola. El paso de la carretera N340, construida entre 1860 i 1862 atrajo la construcción de nuevas casas. A pesar de eso, el número de habitantes volvió a disminuir hasta los 675 habitantes, por culpa de la crisis de la filoxera de 1910. Superada la crisis, y gracias a la inmigración manchega, andaluza y del valle de Ayora, (que venian buscando la industria), volvió a aumentar la población hasta estabilizarse cerca de los 1200 habitantes.