LLUTXENT Baronía de los Pròxita
El patrimonio de Llutxent es la singularidad más característica de este municipio valldalbaidino. Las piedras de edificios tan emblemáticos como el Albacar Xiu nos hacen viajar en el tiempo hasta el período islámico. Con la conquista de Jaime I empieza otra etapa de la vila, donde se establece la población cristiana. Las batallas morocristianas, la donación de las tierras a un noble italiano que iniciará la construcción del castillo Palacio, las Guerras de la Unión, la revuelta de las Germanías y la Guerra de la independencia han escrito capítulos de la historia de esta población. Y recurriendo al patrimonio de Llutxent, estiramos el hilo de la historia que nos ha llevado hasta nuestros días. Pero además del su patrimonio Llutxent tiene otros atractivos: la recuperación de los hornos de cal y el Paraje Natural El Surar. Tres excusas por acercarte a descubrir esta localidad, si es que aún no la has hecho.
HISTORIA
El origen de Luchente es anterior a la conquista de Jaime I, quien la repobló con 24 cristianos viejos de su propio ejército en 1255, ejerciendo el señorío sobre ella Pedro Fernández de Híjar, hijo natural del rey. Después de la última sublevación de Al-Azraq, y muerto ya este caudillo musulmán, los moros continuaron revueltos y pidieron ayuda a los reinos del sur, de donde llegaron fuerzas que saquearon la población. Los cristianos enviaron tropas, pero sufrieron una fuerte derrota. En la batalla murió García Ortiz de Azagra, hijo de Bernardo Guillermo de Entenza, y fueron hechos prisioneros el Maestre del Temple y varios religiosos. En 1278, Pedro III el Grande constituyó la baronía de Luchente, perteneciente a una familia siciliana. En 1349, Pedro el Ceremonioso, por 2000 sueldos valencianos, empeñó este pueblo, junto con el de Almenara, a Olfo de Próxita. Posteriormente perteneció a los siguientes señores: en 1478 a Pedro Maza de Lizana, más tarde a Ramón Lladró, señor de Castalla, y en 1574 se hizo cargo ella Pedro Maza Lladró, marqués de Terranova, primer duque de Mandas, títulos que luego se incorporaron al marquesado de Dos Aguas. En 1520, Luchente fue atacado por tropas de los agermanados, resistiendo los vecinos hasta que las tropas del virrey los obligaron a replegarse hacia Játiva. Posteriormente, durante la Guerra de la Independencia Española, los frailes dominicos organizaron compañías de tiradores voluntarios con mozos de otros pueblos vecinos. Al entrar los franceses en Luchente hicieron desalojar el convento, y lo ocuparon apoderándose de cuanto en él hallaron, dejándolo muy destrozado al evacuarlo. También durante las guerras carlistas del siglo XIX sufrió las consecuencias de la contienda, ya que en la última, los carlistas quemaron el registro civil, rompieron la lápida de la constitución, apalearon a los liberales y se llevaron armas y dinero.