Ruta Gastronómica

Datos
Dificultad: Baja
Con lluvia: No
En familia: No
Con movilidad reducida:
Duración: ---
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La rica tradición culinaria de la Vall d’Albaida ofrece una amplia gama de platos y postres que hacen del acto del comer un placer ineludible. Los restaurantes de la comarca ofrecen desde la cocina tradicional hasta la más moderna, pasando por la cocina de autor y la de mercado. Las cocinas valldalbaidinas fusionan todos los ingredientes para ofrecernos maravillas gastronómicas.

Viajar por el paladar valldalbaidino te llevará a descubrir un gran abanico de variedades de carne, arroces y dulces como: la cazuela de arroz al horno, la paella, el arroz caldoso, el arroz con costra, el puchero con “pelotas”, la “pericana”, el embutido, los vinos, el herbero, la coca de tocino y setas, los pimientos rellenos y todo tipo de dulces, como los pasteles de de boniato y calabaza, las yemas y huevos al fondant, el chocolate, el “Arrop i Tallaetes”, las hogazas y las tartas cristinas, entre otros.

Desde estas líneas os proponemos descubrir cada uno de los 34 municipios para disfrutar de las suculentas y exquisitas recetas gastronómicas. Es casi imposible marcar una ruta englobando todos y cada uno de los municipios ya que cada uno de ellos muestra una riqueza culinaria, una singularidad y una peculiaridad que lo hacen diferente del resto de los municipios; pero intentaremos mostraros los rincones más sabrosos y acogedores que harán chuparse los dedos a todos los viajeros.

Iniciamos nuestro recorrido en Fontanars dels Alforins, magnifica localidad que ofrece una amplia oferta de vinos de calidad. Esta zona más occidental de la comarca, es por excelencia el centro neurálgico vitivinícola de la Vall d’Albaida, aunque hay otras poblaciones que producen un caldo de gran calidad como es: Ontinyent, Agullent, Castelló de Rugat, Pobla del Duc y Quatretonda.

Para poder catar el vino y disfrutar de su aroma y de su esencia, os recomendamos probar y saborear los embutidos típicos y tradicionales de la comarca de la Vall d’Albaida, poniendo especial atención a las butifarras de Ontinyent, las longanizas, chorizos, salchichas y sobrasadas de Ontinyent, Agullent, Albaida y Aielo de Malferit. Merece la pena saborear los pimientos rellenos, la “pericana” i el gazpacho de Bocairent. Continuando nuestro recorrido gastronómico, el viajero debe hacer una parada en nuestros restaurantes y bares para probar alguno de los platos típicos de la comarca, como el arroz caldoso, el puchero con pelotas, la paella con conejo y pollo, las cocas saladas, en cualquier municipio de la comarca, como por ejemplo: Benissoda, Atzeneta de Albaida, Carrícola, Otos, El Palomar, Montaverner.

Estos suculentos platos tienen como elemento común la utilización del aceite virgen de oliva, que destaca por la gran calidad en los municipios de Alfarrasí, Beniatjar, Bèlgida, Benicolet, Ontinyent y Quatretonda; este último municipio no solo destaca por el aceite sino que también destaca por la elaboración artesanal de miel y queso.

Si nos adentramos hacia la zona más oriental de la Vall d’Albaida, encontramos los municipios de: Castelló de Rugat, Rugat, Aielo de Rugat, Salem, Ràfol de Salem, Montitxelvo y Terrateig donde destacan platos típicos como: la torta de maíz, la coca de embutido, la sardina salada, los aperitivos y el trigo picado, el pastelito de boniato y los rollos de san Blas, entre otros.

Él viajero encontrará en estos municipios no solo el buen comer, sino también unas vistas espectaculares a el Benicadell, la sierra más emblemática de los Valldalbaidinos. Llegados a este punto, debemos acercarnos hacia Llutxent y Pinet para probar la coca con sal e incluso acercarse, a finales de octubre, al Monasterio del Corpus Christi, donde se celebra el concurso de arroz caldoso.

Especial mención tienen la coca de habas en Pinet, una delicia que el viajero no puede perderse. Conducidos por el placer gastronómico, llegamos a Benigànim donde destaca el “Arrop i Tallaetes” y el chocolate por su tradición artesanal.

Pasando por los pueblos del río: Bellús, Guadasséquies, Sempere, Benisuera, Alfarrasí, Montaverner y Bufali, el viajero puede comprobar que la cocina de La Vall d’Albaida presenta similitudes en toda la comarca y que, además, se trata de una dieta mediterránea donde la mayoría de los ingredientes son el arroz, las verduras, los cereales, las legumbres, las frutas y el aceite de oliva.

En L’Olleria se recomienda comer sardina con huevo frito con granos de uva. Después del buen comer, se recomienda una esmerada y fina repostería como son: las yemas al fondant de Albaida y de Ontinyent, y los pastelillos de las monjas Agustinas de Bocairent, junto al herbero (anís macerado con hierbas aromáticas) y el licor de kola coca o anís de la Licorería de Aielo de Malferit, que harán de este recorrido uno de los pecados capitales, ya que nadie podrá resistirse a la tentación de probar cada una de las especialidades de los municipios que integran la comarca.

El punto de encuentro de todos estos productos gastronómicos es en la famosa Feria Gastronómica y Agroalimentaria de La Vall d’Albaida, que tiene lugar por el mes de noviembre. Este acontecimiento anual gastronómico se ha consolidado como un referente gastronómico comarcal que ningún valldalbaidino/na no puede dejar escapar.

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